Hoy en nuestra clase de Matemáticas, utilizamos las tabletas. A través de una aplicación llamada Matemáticas de Lola, los chicos trabajaron la identificación de números, reconocimiento de cantidades, conceptos de arriba-abajo, delante-detrás, encima-debajo y asociación de números con cantidades.
Blog para compartir artículos, experiencias, ideas, actividades y muchas cosas que interesen a los padres de los niños de Primer Grado.
jueves, 29 de agosto de 2013
miércoles, 28 de agosto de 2013
La conciencia fonológica
Desarrollo de
la conciencia fonológica del lenguaje y aprendizaje de la lectoescritura
La concepción tradicional sobre el
proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura, está fundamentada en
conceptualizar dicho proceso dentro de un marco perceptivo-visual y motriz,
dando un especial énfasis, en la escuela, a experiencias de aprendizaje
encaminadas a madurar en los niños determinadas habilidades de naturaleza
perceptiva y viso-espacial.
Bajo esta concepción se afirmaba que
si el niño tenía buena coordinación viso-motora, buena estructuración espacial
y espacio-temporal, buen esquema corporal, estaba lateralizado y tenía un C. I.
normal no iba a tener ningún problema en su acceso al aprendizaje de
lectoescritura. Sin embargo, se constata permanentemente en la experiencia
cotidiana escolar y a través de numerosas investigaciones, una correlación no
positiva entre estas habilidades existentes en un gran número de niños que de
todos modos presentan dificultades en dicho aprendizaje.
La neuropsicología cognitiva se ha
ocupado de investigar y explicar por qué para los niños es tan difícil aprender
a leer y escribir, y qué relación existe entre el lenguaje oral y el escrito,
que puede dificultar dichas adquisiciones. Las respuestas a esas cuestiones comienzan
a buscarse en los procesos lingüísticos. Estas dificultades se basan en que
hablamos articulando sílabas, pero escribimos fonema. El habla es un continuo
en el que resulta difícil deslindar segmentos, en cambio la escritura
representa las unidades fonológicas de la lengua: ya que las letras (grafemas)
representan fonemas (sonidos). Por lo tanto, las dificultades se presentan en
el momento de reconocer, identificar y deslindar estas unidades del lenguaje y
poder representarlas realizando la conversión del fonema en grafema. A partir de
estas conclusiones se da origen al concepto de conciencia fonológica.
La
conciencia fonológica es considerada una habilidad metalingüística
definida como:
“La reflexión dirigida a comprender que un sonido o fonema está representado
por un grafema o signo gráfico que a su vez, si se lo combina con otro, forman
unidades sonoras y escritas que permiten construir una palabra que posee un
determinado significado”.
Es la capacidad o habilidad que le
posibilita a los niños reconocer, identificar, deslindar, manipular
deliberadamente y obrar con los sonidos (fonemas) que componen a las palabras.
La conciencia fonológica opera con el reconocimiento y el análisis de las
unidades significativas del lenguaje, lo que facilita la transferencia de la
información gráfica a una información verbal. Este proceso consiste en aprender
a diferenciar los fonemas, en cuanto son expresiones acústicas mínimas e
indispensables para que las palabras adquieran significado. En el aprendizaje
de la lectura, el desarrollo de la conciencia fonológica es como “un puente” entre las instrucciones del alfabetizador y el
sistema cognitivo del niño, necesaria para poder comprender y realizar la correspondencia
grafema-fonema.
Los niños pequeños tienen una
conciencia escasa de los sonidos del lenguaje. Oyen, perciben una secuencia
continua de sonidos, pero no son conscientes de que estos se pueden dividir en
palabras, (conciencia léxica), estas en sílabas (conciencia silábica), y que
estas últimas pueden estar formadas por uno o varios sonidos (conciencia
fonémica). Por conciencia fonológica entendemos tanto la toma de conocimiento
de los componentes silábicos y fonémicos del lenguaje oral (sílaba / fonema
inicial, final, medios), como la adquisición de diversos procesos que pueden
efectuarse sobre el lenguaje oral, como: reconocer semejanzas y diferencias
fonológicas, segmentar las palabras, pronunciarlas omitiendo sílabas o fonemas
o agregándoles otros, articularlas a partir de secuencias fonémicas, efectuar
inversión de secuencias silábicas / fonémicas, manipular deliberadamente estos
componentes sonoros para formar nuevas palabras, etc.
El desarrollo de la conciencia
fonológica en niños pequeños no sólo favorece la comprensión de las relaciones
entre fonemas y grafemas, sino que les posibilita descubrir con mayor facilidad
cómo los sonidos actúan o se “comportan” dentro de las palabras. Es importante
considerar el desarrollo de esta capacidad cognitiva como un paso previo
imprescindible antes de comenzar la enseñanza formal del código alfabético.
El aprendizaje de la lectoescritura
se debe fundamentar en un desarrollo óptimo del lenguaje oral, tanto a nivel
comprensivo como expresivo y en potenciar el trabajo de habilidades
lingüísticas y metalingüísticas, las cuáles son uno de los pilares
fundacionales en el acceso a la lectura y a la escritura. Aprender a leer y a
escribir requiere que el niño comprenda la naturaleza sonora de las palabras,
es decir, que éstas están formadas por sonidos individuales, que debe distinguir
como unidades separadas y que se suceden en un orden temporal.
Pretender comenzar el aprendizaje del
lenguaje escrito sin apoyarse en el dominio previo del lenguaje oral es un
contrasentido, ya que al niño le resultará mucho más difícil integrar las significaciones
del lenguaje escrito sin referirlas a las palabras y a los fonemas del lenguaje
hablado que le sirven como soporte.
La habilidad de poder reconocer,
deslindar y manipular los sonidos que componen el lenguaje, es decir, la
conciencia fonológica se desarrolla con el ejercicio. Esta capacidad cognitiva,
como cualquier otra destreza de lectoescritura temprana, no es adquirida por
los niños en forma espontánea o automática. Es importante que la propuesta
didáctica en la que esté enmarcado su aprendizaje se desarrolle en un ámbito
alfabetizador y que siga una determinada secuencia, a modo de “escalera” por la
cual los niños van subiendo a medida que avanzan desde una comprensión limitada
hacia otra mucho más profunda de cómo funcionan los sonidos dentro de las
palabras.
Tomado de: Propuesta lúdico didáctica para la
enseñanza de la lecto-escritura
www.lectografia.com.ar
Características de nuestros niños
Características de los niños de 6 y 7 años
Características de un niño de seis y siete años
Los niños con edades entre seis y siete años están culminando la etapa cognitiva que Piaget denominó preoperatoria, para pasar a la etapa o fase de las operaciones o etapa operatoria. El niño va a comenzar a realizar operaciones más complejas y su pensamiento e inteligencia van a tener un mayor nivel de abstracción, en relación a la fase previa del desarrollo.
Es una etapa en la cual la lectura tiene que comenzar a ser adecuada así como la escritura lo que le va a dar a su inteligencia mayores niveles de desarrollo que lo prepararán para siguientes niveles como por ejemplo, la etapa que sobreviene a partir de los 11 o 12 años; la etapa de las operaciones formales.
Es una etapa ideal para estimular todas las inteligencias del niño; no solamente la lógico – matemática sino además:
- la inteligencia emocional,
- la que implica su destreza física por medio de deportes por ejemplo,
- así como su inteligencia social o la interrelación con los otros.
Tomado de: http://www.innatia.com
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